Antes de examinar las características de la Luna en Cáncer, es necesario profundizar en el significado de este planeta dentro de la carta natal.
La Luna simboliza nuestro lado emocional, lo que necesitamos para sentirnos "como en casa" en cada situación. Se dice que mientras el Sol representa lo que debemos aprender a ser, la Luna refleja lo que ya somos.
Es un indicador de la infancia, de la relación con la madre y de la casa en la que crecimos. Esta es la esfera más íntima de la personalidad astrológica, pues denota la forma en que reaccionamos emocional y psicológicamente ante estímulos del mundo externo.
La Luna cambia de signo zodiacal cada dos días y medio. Para calcular dónde se encontraba en el momento de su nacimiento.
La Luna, regente del signo Cáncer, se encuentra en su elemento natural, por lo que sus cualidades cíclicas y fluctuantes se ven amplificadas. Los que tienen esta característica son de mal humor y volubles, casi como si siguieran los movimientos de nuestro satélite.
Estas personas, de hecho, a menudo de forma completamente inconsciente, actúan según sus ritmos internos. Aprender a reconocer estas fases puede ayudarles a prevenir momentos de crisis que se repiten de forma crónica y puntual.
Signo de agua, por tanto, sensible, pero también cardinal y en consecuencia fuerte y emprendedor, siente fuertemente el peso de las responsabilidades y trata de hacer todo lo posible para proteger el hogar, la familia y la comunidad en la que vive. Estos individuos viajan de un extremo al otro. Quienes los rodean deben ser capaces de comprender estas continuas fluctuaciones, animándolos y estimulándolos en sus momentos de inseguridad.
Emocionales y muy sensibles, si se sienten ofendidas, estas personas se esconden en su caparazón y es difícil sacarlas. Tienen sentimientos intensos y grandes habilidades imaginativas. Oyen todo aunque no lo digan. Son extremadamente empáticos, hasta el punto de que son incapaces de distinguir su estado de ánimo del de los demás.
Se impresionan fácilmente y se adaptan bien a las circunstancias, comprendiendo inmediatamente lo que los demás necesitan. Al igual que aquellos con la Luna en Escorpio, casi parece que pueden leer los pensamientos de las personas.
La Luna en Cáncer no puede tolerar la depresión, porque la arrastra a un torbellino de emociones negativas del que no puede escapar. Tiene una memoria excelente: puede recordarlo todo, incluso los recuerdos de la infancia. Sin embargo, este apego al pasado no siempre es saludable. De hecho, a menudo tenemos tendencia a reabrir las heridas abiertas para no dejarlas ir. Pueden perdonar, pero nunca olvidan los errores que han sufrido.
Su gran corazón les lleva a acumular muchas decepciones a lo largo de su vida. Por eso pronto aprenden a parecer más duros de lo que son como mecanismo de protección. Antes de abrirse a los demás, intentan tantear el terreno para poner a prueba su lealtad y sinceridad. Existe un miedo inconsciente a ser rechazado o abandonado por los seres queridos.
Necesitan una salida para distraerse de la ansiedad a la que son propensos. Son especialmente adecuados los estímulos creativos y románticos como el arte, la música, la pintura y el cine.
Él en Cáncer: la relación con la familia
Por instinto maternal, quieren cuidar de todos, especialmente de los más vulnerables. Es un aspecto que ocultan algunos hombres, influenciados por una sociedad que casi los empuja a negar su lado emocional.
El hogar es muy importante para ellos, ya que representa un lugar donde pueden sentirse protegidos y seguros, y donde pueden limpiarse de todas las energías positivas y negativas que han absorbido de los demás. La Luna en Cáncer, de hecho, los convierte en auténticas esponjas psíquicas.
Para los tradicionalistas, la familia es muy importante para ellos y, si la Luna no está influenciada negativamente por otros planetas, simboliza un vínculo profundo que durará para siempre. De lo contrario, surgirá el deseo de emerger y afirmar la propia personalidad, incluso distanciándose de los seres queridos. La figura de la madre es sumamente importante: muchas veces el cordón umbilical nunca se corta.
Los padres tienden a malcriar a sus hijos y sofocarlos con su atención. En casos extremos pueden resultar asfixiantes y demasiado protectores, hasta el punto de no permitir que los niños vivan sus experiencias.
Para las carreras, se prefieren los trabajos en los que hay que cuidar a otros, como hoteles, hospitales, hospicios, restaurantes, etc.
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